
Hace 44 años las madres hicieron la primera de muchas marchas para reclamar por sus hijxs desaparecidxs durante la última dictadura cívico-militar. Con valentía convirtieron la orden de «circular» de las fuerzas de seguridad, en un acto de coraje cívico que marcaría nuestra historia.
La orden de la Policía Federal fue que circulen porque no podían quedarse allí reunidas manifestándose. Entonces, tomadas de los brazos, comenzaron a dar vueltas alrededor de la Pirámide de Mayo, originando así la primera ronda de muchas otras que se sucederían, jueves a jueves, a lo largo de todos estos años de lucha, una lucha que no cesa, gobiernos tras gobiernos, logrando el reconocimiento internacional.

Madres de Plaza de Mayo, las Madres, principal símbolo de resistencia a la última dictadura cívico-militar, uno de los primeros movimientos de denuncia del terrorismo de Estado, y referentes aquí y en el mundo de la lucha por los derechos humanos.
En octubre de 1976 para festejar el Día de la Madre, la iglesia católica realizó una marcha a la Basílica de Lujan, provincia de Buenos Aires. Para identificarse, las madres resolvieron poner en sus cabezas un pañal de tela de sus hijos. De esta manera la gente y el periodismo comenzaron a reconocerlas. Ese pañuelo pasó a ser el símbolo de las Madres de Plaza de Mayo.
En sus inicios, este grupo de madres llevó a cabo serias denuncias sobre lo que estaba pasando en Argentina cuando la prensa internacional arribó con ocasión del mundial de 1978. La televisión holandesa transmitió fuertes testimonios de estas mujeres indagando sobre el paradero de sus hijxs y nietxs.
¡Su lucha incansable por los derechos humanos continúa presente gritando nunca más y marcando el camino y la búsqueda de la Memoria, la Verdad y la Justicia!