Denegaron prisiones domiciliarias y solicitan investigar a Julio César “Chiche” Aráoz

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El tribunal Oral Federal N°1 integrado por el Dr. Julián Falcucci, la Dra. Carolina Prado y el Dr. Jaime Díaz Gavier resolvió denegar los pedidos de prisión domiciliaria por parte de la defensa de Carlos Alfredo Yanicelli, Jorge Ezequiel Acosta, Juan Eusebio Vega, Mirta Graciela Anton, Arnoldo José López, Héctor Pedro Vergez y Miguel Ángel Gómez. 

Además, el tribunal se encomendó a las autoridades de la Unidad Penitenciaria Federal N° 34-Campo de Mayo y del Complejo Carcelario Padre Luchesse en Bower en virtud de intensificar los recaudos necesarios y la implementación de medidas de prevención y control según criterios epidemiológicos. 

De esta manera quedan totalmente denegadas las prisiones domiciliarias a quienes fueron las cabezas responsables del terrorismo de estado en la argentina durante la última dictadura cívico-militar.  

Por otro lado, luego de los últimos testimonios por parte de Jorge Ramón Arias y María Livia Cuello en la tercera audiencia del juicio Diedrichs-Herrera, el abogado querellante Claudio Orosz volvió a pedir que la justicia investigue a Julio César Aráoz. 

“Lo más conmovedor de la audiencia es que conocían al suegro o un pariente del ex interventor en Tucumán, ex diputado, ex ministro de la nación del gobierno de Carlos Saúl Menen el señor Julio Cesar Aráoz consiguieron una reunión directamente con el pasado agosto del 76, quien le comentó que siendo amigo de Vergez sabían que habían devuelto al niño Soulier a su familia diciéndole el día y la dirección”, “además les dijo que si querían saber algo del coqui él estaba en contacto con Héctor Pedro Vergez y necesitaba cinco nombres amigos del coqui a cambio de saber algo de su hijo Miguel Ángel, la señora le pidió tiempo para pensarlo y por supuesto hablo con su marido y le dijo: cómo le voy a mirar la cara al coqui si les doy los nombres de sus amigos y hago que otras familias pasen por esta situación” relata el abogado querellante Claudio Orosz la extorsión que sufrió la familia Arias. 

Según refiere la Querella habiendo ampliado esta testimonial y confirmado por su hijo plenamente estas conversaciones con Aráoz solicita que lo investiguen por la desaparición de Miguel Ángel Arias durante la última dictadura militar. 

‘Chiche’ Aráoz, junto a Carlos Menem, en sus tiempos en que se desempeñaba como embajador ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).

El camino de la familia Arias en búsqueda del paradero de Miguel Ángel Arias “Coqui” fue arduo y sinuoso. Livia Cuello y su marido no sólo llegaron a reunirse y dialogar con Julio Cesar ‘Chiche’ Aráoz, sino también con Raúl Primatesta. Beba Cuello luego de la desaparición de su hijo se dirigió a ver al arzobispo, pero mientras estaba haciendo la fila para poder ingresar el secretario de Primatesta se presentó y le preguntó cuál era el motivo que la traía hasta allí. Livia contestó que estaba buscando a su hijo, que había desaparecido y no tenían rastros de él desde junio, a lo que este secretario contestó que sabía quién era su hijo, que le decían coqui y se llamaba Miguel Ángel Arias. Sin embargo, “parece que esta situación lo puso nervioso y se fue rápidamente, mientras tanto cuando me llegó el turno de pasar no me recibieron” relata Beba. 

Contra viento y marea

Miguel Ángel “Coqui” Arias fue secuestrado a los 19 años en 1976, y actualmente continúa desaparecido. Junto con los hermanos Soulier y Adriana Díaz Ríos integraban las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL 22).

La madre de Coqui, María Livia Cuello, no paró de buscarlo a pesar de las amenazas, las extorsiones y el temor. Durante sus viajes a Buenos Aires para obtener información de donde podría estar su hijo, fue perseguida y custodiada por un hombre que no pudo identificar. 

Jorge Ramón Arias y María Livia Cuello brindaron su testimonio en la tercera audiencia del juicio Diedrichs-Herrera

A sus 91 años la persistencia de Beba es de tal magnitud que, con el pañuelo blanco en su cabeza, declaró después de una espera de más de 40 años. “Cada día que pasa me pongo más triste al no saber nada de mi hijo, ojalá se supiera algo no sólo de mi hijo, sino de todos los chicos que secuestraron”. Además, Livia cuenta que sus otros hijos no siguieron sus estudios a causa del temor a ser llevados como su hermano.

Mientras su hermano Jorge Ramón no deja de recordarlo y de remarcar el dolor de toda su familia por la pérdida de Miguel Ángel. Él tenía 12 años cuando se llevaron a su hermano, y en ese momento acompañó a su padre para averiguar qué era lo que había pasado. “Fueron a todas las comisarías, al arzobispado, presentaron habeas corpus, pero no se supo más nada”, “mis viejos estaban destruidos” cuenta con pesar. 

“Lo que puedo recordar es que mi papá consiguió una audiencia con Bengolea, que era el director de la escuela de suboficiales, porque mi papá era militar retirado”, “esta persona pudo averiguar que lo habían llevado fuerzas conjuntas militares y policía, que estaba bien, estaba muy flaco, que no comía, que era un pobre chico” pero un tiempo después no tuvieron más información señaló Jorge.

“También los acompañe a mis viejos a ver a Julio Aráoz, quien les prometió información en un primer momento, pero después le pidió a cambio los nombres de los amigos de mi hermano”, “cómo lo voy a mirar al coqui a la cara decía mi mamá”.

Jorge Ramón Arias denunció la extorsión vivida por su familia y las amenazas recibidas al no dar nombres de más jóvenes. “Quiero saber dónde está, qué es lo que hicieron con él y porque lo hicieron” exclama pidiendo justicia la madre de Coqui.