Un nuevo grito de memoria, verdad y justicia está previsto para este lunes 22 de febrero. Se trata de las últimas palabras y el veredicto de la causa Diedrichs-Herrera, el 12º juicio por delitos de Lesa Humanidad en la provincia de Córdoba. En el banquillo de los acusados hay 17 ex militares y policías (eran 18 pero recientemente falleció uno de ellos). Están imputados por secuestros, torturas y homicidios entre marzo y septiembre de 1976.
De cara a la sentencia, el abogado querellante Claudio Orosz –especializado en Derechos Humanos y con una vasta trayectoria en juicios por delitos de Lesa Humanidad– detalló a Será Justicia su balance del juicio. Junto a Lyllan Luque, representan a todas las víctimas de la causa Diedrichs, y a Hugo Donemberg, de la causa Herrera.
La impunidad biológica
En su balance, Claudio Orosz consideró dos aspectos diferentes. Por un lado, que a «este juicio podríamos haberlo iniciado por lo menos cuatro años atrás, pero hubo una seguidilla de nulidades que finalmente se tuvieron que resolver en el máximo órgano judicial de la Argentina».
«Ahora contra lo que luchamos es contra la impunidad de la edad. No sólo de los victimarios, sino también de la víctima»
Una vez que la Corte Suprema de Justicia de la Nación salvó las nulidades, el proceso que debería haber iniciado con 33 imputados, dio comienzo sólo con 21, y rápidamente se transformaron en 18. «Y de esos 18, el lunes 22 que será la última palabra, por ejemplo no tenemos a Hugo Herrera que falleció en enero. Y no sabemos quiénes se pueden llegar a morir. A ese nivel estamos por estas extremadas demoras que hubo por las nulidades que se plantearon».
Por otro lado, el abogado querellante se refirió a la realidad pandémica del año 2020. «En la práctica, la virtualidad no nos afectó demasiado», dijo. Durante todo el proceso, los imputados tuvieron la oportunidad de participar en el juicio si así lo querían, de manera virtual y con sus defensores presentes. Además, se han tomado testimonios de manera presencial como virtual, con todas las partes presentes.
«En pandemia, realizar el juicio es un éxito éxito que hayamos realizado el juicio».
Claudio Orosz admitió que sí se sintió expuesto al peligro del coronavirus. «Nos expuso en medio de la pandemia a once personas que estábamos metidas en una sala a una situación inédita. Cada vez que salíamos de una audiencia, nos preguntábamos si no nos habíamos contagiado de Covid-19». Incluso, el fiscal de la causa permaneció dos meses aislado. «Todo ha significado un enorme esfuerzo colectivo».
Será Justicia: Además de desarrollarse en un contexto de pandemia, ¿qué otra particularidad tuvo este juicio?
Claudio Orosz: Sobre la causa Herrera, donde si bien se desarrolló una investigación con muchas imprecisiones, obviamente los integrantes del Estado Mayor del Tercer Cuerpo de Ejército y del Área 311 eran directamente responsables por autoría mediata. Pero pocos días antes de que comenzara el juicio, se nos murió el último del Estado Mayor.
Cuando los responsables de la tortura y desaparición fallecen, lo que normalmente sucede es su sobreseimiento. Lo relevante es que, por pedido de la querella y con consentimiento de la fiscalía y las defensas, lo mismo se tomaron todos los testimonios referidos a la causa Herrera, donde sólo estaban como imputados ya fallecidos.
Se decidió tomar todos los testimonios para determinar la realidad de lo que sucedió, y cumplir con el acuerdo que la Argentina firmó ante el Consejo de Derechos Humanos que eran los llamados Juicios por la Verdad.
De querellante a testigo
SJ: Durante la etapa testimonial, debiste salir del rol de querellante y ponerte en el de víctima, ¿te movilizó la experiencia de ser testigo?
CO: Me movilizó más de lo que pensaba. Siempre el rol en el juicio había sido de abogado querellante, preguntándole a otro. Acá de repente te sentís desnudo, contando y vivenciando lo que te pasó entre los 13 años que empezaste a militar, y los 16 que te tuviste que ir al exilio. También los 18, cuando volviste en la clandestinidad al país, cuando todo el mundo se iba, a seguir peleando contra la dictadura.
Toda la vida hice terapia, obviamente porque siempre me consideré una víctima, nunca necesité hacer alarde de que lo era. Yo sabía que lo era. Y testificar me permitió reafirmar la decisión que tomé de ciertas postergaciones que hice en mi vida familiar y personal, y confirmar también los enormes costos afectivos que significa ser víctima, con toda la armadura que uno se arma para que no le duelan las cosas y seguir adelante.
También me hizo rememorar mi militancia en la clandestinidad, cómo eso te afectaba en la vida afectiva. Además de recordar que elegí hacer abogacía por convicción, para hacer justicia por mis compañeros, cuando en realidad lo que yo quería era estudiar física nuclear o astronomía. En general, en mi testimonio me sentí muy contenido, fundamentalmente por Lyllan Luque (la otra abogada querellante del equipo de Familiares e H.I.J.O.S.
Absoluciones a la vista
SJ: ¿Qué pensás de los pedidos de absolución de algunos imputados por parte de la fiscalía?
CO: La dictadura fue un plan sistemático clandestino. Eso quedó claro en el juicio a las Juntas y en el juicio Circuito Camps. Lo confirmó en aquella época la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En la Argentina existió un plan sistemático clandestino, que no quería optar por la aplicación del código penal y así lo habían informado a Naciones Unidas. Sin embargo, la respuesta internacional los ató a cumplir el Código Penal.

Entonces, los militares optaron por un plan criminal de eliminación al opositor político. Lo eliminable era todo lo que se opusiera al modo de vida argentino tal como lo consideraba la Junta: de la casa al trabajo, del trabajo a la casa, el domingo a misa. Dios, familia y propiedad.
Sí existió un plan sistemático, toda detención de militantes políticos por ser militantes políticos fue un hecho delictivo más allá de que se encubriera de alguna manera estrictamente formal, como en libros de la comisaría. No se qué delito constituía estar en la calle esperando el ómnibus.
SJ: ¿Entonces Meira y Grandinetti tienen responsabilidad con los delitos que se juzgan?
CO: No estoy de acuerdo con el pedido de absolución de Meira y Grandinetti. Ambos hacen parecer la desaparición como si fuera un procedimiento legal. Lo detienen ilegalmente y las detenciones se tenían que producir, incluso en esa primera época del golpe, aplicando el código de procedimiento en lo criminal. Se detenía con orden de allanamiento de un juez si estaban en un domicilio, o en la calle si estaban cometiendo un delito flagrante.
SJ: ¿Se puede apelar a los pedidos de absolución de la fiscalía?
CO: Lamentablemente, la familia Pietri no se constituyó en querellante por lo que no va a poder casar la sentencia. Por principio acusatorio del Código de Procedimiento Penal de la Nación y la jurisprudencia inalterable de la Corte, cuando la fiscalía no acusa podría ser reemplazada por la acusación de la querella, pero como no hay querella, es obligatorio para el Tribunal absolver. Así el Tribunal dé por probado que existió el hecho, así diga que ese hecho fue cometido por tal y que es un delito, lo tiene que absolver porque el fiscal no pidió condenas.
La sentencia
SJ: ¿Qué expectativas tienen de cara a la sentencia?
CO: Las querellas que nosotros hemos llevado, todo lo que se refiere a la familia Soullier y Arias, creemos haber demostrado con exceso de prueba la existencia del hecho, la participación responsable del campo de concentración de La Perla donde estuvieron. En el caso de Claudio Román está totalmente probado el hecho, es mas, fue publicado por el propio Tercer Cuerpo de Ejército.
En la causa Diedrichs llevamos todas las querellas y creemos que tiene que haber condena en todos. La otra querella que llevamos, ya en causa Herrera, es el caso de Hugo Donemberg, ha quedado totalmente probado por un testimonio.
SJ: Además de las condenas, ¿esperan alguna otra resolución del tribunal?
CO: Hemos pedido a su vez, porque como las causas venían por homicidio, que en el caso de la no devolución de los cuerpos (el único que se devolvió es el de Claudio Román) no se aplique la figura ‘privación ilegítima de la libertad agravada’, y ‘homicidio agravado’. Sino ‘desaparición forzada de persona agravada en los términos del Tratado de Roma’, que tiene la misma pena y que describe la misma conducta delictual.
Los juicios en el país
SJ: ¿Cómo evalúas el estado actual de los juicios en el país? La curva de interés ha descendido abruptamente, ¿se podrá llegar a hacer los juicios que se necesitan?
CO: En general el interés ha descendido. La sociedad marca que hemos llegado a una etapa que quieren que los terminemos. En esto yo acuerdo también con la ellos, porque estamos llegando a un punto de impunidad biológica. Quizás la causa Gómez sea la última mega causa que tengamos que hacer.
Creo que en dos o tres años los juicios van a ir cayendo por la impunidad biológica. Si seguimos teniendo políticas de estado de derechos humanos yo haría un informe final. Porque yo creo que la dictadura es cívico, empresarial, militar y eclesiástica. Las fuerzas de seguridad fueron sólo la mano de obra de determinados intereses.
Cuando se nos terminen los juicios, porque inexorablemente se terminarán en dos o tres años, tendremos que hacer un informe final, completo y publicable en todos los diarios y repartible en todos los medios públicos de comunicación en el que denotemos la participación directa.