El Tribunal Oral Federal Nº1 dictó sentencia en el duodécimo juicio por delitos de lesa humanidad de la provincia de Córdoba. El proceso, que entiende a las causas Diedrichs-Herrera, comenzó el 9 de septiembre del año pasado y culminó este lunes 22 de febrero.
Organismos de Derechos Humanos, sobrevivientes y familiares, se hicieron presentes luego de meses de audiencias y testimonios que expusieron el espanto vivido durante el terrorismo de Estado en Argentina. Una nueva sentencia reafirmó la lucha por la memoria, la verdad y la justicia.
Además, reflexionaron acerca del entramado de significaciones personales como culturales que se suscitaron en este nuevo grito de justicia. A continuación, las voces de la sentencia:
Martín Fresneda
(Director del Observatorio de DDHH del Senado de la Nación, militante de H.I.J.O.S.)
«Creo que el juicio Diedrichs-Herrera se dio en un contexto excepcional, en el marco de una pandemia con una tramitación en el tribunal oral que ha dado resultado o atento a la necesidad de su virtualidad. Donde los testigos pudieron deponer ante el tribunal sus experiencias, por cierto traumáticas. Entiendo que la prueba ha sido correctamente valorada y ha arrojado verdad real sobre episodios del pasado. Sin duda como todo crimen de Lesa Humanidad, involucra un Estado terrorista que es muy difícil de desentrañar».
«En este sentido, el juicio tiene un efecto reparatorio hacia las víctimas que fortalece el sistema democrático afianzando las garantías de no repetición y estimo que también da cuenta de un compromiso del Estado Argentino. También, es importante destacar que los Organismos de Derechos Humanos fueron responsables de instar esta lucha ante el Estado incluso ante la comunidad internacional, donde siguen teniendo un reconocimiento y un éxito en sus acciones».
«Yo también he sido protagonista en un tiempo, hoy la verdad el sentimiento que me atraviesa es sentir el orgullo de que formamos parte de unos tiempos donde sin duda hicimos lo que pudimos y estuvimos a la altura de las circunstancias. Nuestro deseo es poder construir un país donde al menos las sucesivas generaciones sepan que nosotros hicimos todo lo posible, y lo imposible para que no vivamos con impunidad. Esto es muy importante porque consolida una forma democrática de vivir».
Cecilia Soulier
(Hija de Luis Soulier, víctima de la causa Diedrichs)

«En lo personal y familiar, el desafío infinito de la pandemia fue tener un encuentro interno con esas emociones tan guardadas, porque uno ha generado estrategias para huir del dolor. Eso fue también lo que nos pasó a nivel familiar, porque habíamos transitado con distancias ese duelo que fue muy difícil para todos. Aunque nos dimos cuenta que la unión, el estar juntos, es lo que nos iba a dar la fuerza necesaria para iluminar esa sensación de orfandad, de injusticia, de abuso que trajo el genocidio. En ese sentido, fue muy sanador todo este proceso».
«Me quedo con la justicia que hemos construido como movimiento social junto con otros, además del movimiento de derechos humanos, donde durante más de 40 años hemos aportado a la cultura y conciencia democrática. En cuanto a la justicia institucional, la valoro como una instancia reparatoria, en donde pude tener la palabra y celebro esta decisión del tribunal de convocarnos a quienes fuimos niños en esa época.
«También quiero subrayar las palabras de la abogada Lyllan Luque, quien destacó el abuso a la inocencia de tantos niños durante la última dictadura cívico-militar. Este juicio sacó a la luz hechos como la tortura de bebés, el caso de mi primo Sebastián Soulier, quien fue devuelto en terribles condiciones. Para estos tres bebitos que fuimos mi hermano, mi primo y yo fue muy reparatorio, la verdad repara por más dura que sea».
Sebastián Soulier
(Hijo de Adriana María Ríos y Juan Carlos Soulier, víctimas de la causa Diedrichs)
«Que el Estado se pronuncie con respecto a la desaparición, la tortura, el robo de bebes, a todo lo que significo la ultima dictadura militar yo creo que repara, que sana. Hoy después de 44 años de lucha, llegamos a esta instancia que es el juicio N° 12, pero llega tarde. Hay un hueco vacío. Mis cuatro abuelos fallecieron y no vieron justicia por sus hijos, hay militares que han fallecido y no se los pudo condenar».
«Sin embargo, todo lo que se viene haciendo en términos sociales repara, construyen más democracia. Más juicios, más democracia no es solo una consigna, los avances que vamos logrando de manera concreta hacen que la sociedad sea un poco mejor. El ‘Nunca Más’ es algo que excede los partidos y diferencias entre gremios y organizaciones, es mucho más grande. Creo que a la justicia hay que seguirle exigiendo celeridad».