Seis meses de suspensión sin goce de haberes y la prohibición de representar a la Legislatura de Córdoba fuera del recinto u ocupar cargos en la misma. El combo de sanciones que recayó sobre Patricia De Ferrari tras un debate de más de cuatro horas en la sesión especial del miércoles 28 de octubre.

¿La razón? Un tuit, luego borrado, en el que De Ferrari menciona a los «Falcon verdes» en una crítica dirigida a quienes se encontraban en el campo de Etchevehere en la provincia de Entre Ríos. Hay quienes consideran que la edil radical –del bloque de Juntos por el Cambio– hizo apología del terrorismo de Estado. Otros advierten que, si bien corresponde el repudio a los dichos en cuestión, sólo se trató de una frase desafortunada.

Lo cierto es que, en el mejor de los casos, De Ferrari usó deliberadamente una figura referida a la represión ilegal para sentar una posición personal. Banalizó los hechos ocurridos durante la dictadura con el mero fin de expresar una posición política de modo grandilocuente. Irresponsable y repudiable. Utilizó una de las imágenes más tenebrosas de la historia argentina reciente para visibilizar su posición sobre un debate coyuntural.

El tuit

“¿Falta mucho para que aparezcan los Falcon verdes para ‘impartir’ justicia a la medida de Grabois y compañía?”

El repudiado tuit de la legisladora radical Patricia De Ferrari.

Eso escribió Patricia De Ferrari la semana pasada. Su intención fue cuestionar el accionar de la Justicia en el marco de la disputa que el ex Ministro de Agricultura, Luis Etchevehere, plantea contra su hermana por unos terrenos ubicados en la Provincia de Entre Ríos. Ante la lluvia de críticas, la legisladora de Juntos por el Cambio borró el mensaje y advirtió que había sido “malinterpretado”.

Más allá de las diversas interpretaciones sobre los motivos De Ferrari al publicar semejante cosa en su Twitter, la sanción que la Legislatura aplicó el pasado miércoles se sustenta en la causal de “indignidad”. Se contempla en artículo 99 de la Constitución de la Provincia de Córdoba. “Sus dichos son impropios para una representante legítimamente elegida por el voto popular. Vulneran el decoro y la honorabilidad de este cuerpo”, señaló Nadia Fernández cuando el debate legislativo se abrió en la Unicameral cordobesa.

La defensa y el ataque

Al llevar adelante la defensa de la legisladora que iba a terminar siendo sancionada, los bloques opositores se concentraron en el intento de dar vuelta la denuncia y apuntar al oficialismo. Prácticamente todas y todos los representantes que hicieron uso de la palabra reprobaron los dichos. Algunos también advirtieron sobre una supuesta “persecución” contra la legisladora que violenta su derecho a la expresión. Según esta línea, el oficialismo se aprovecha de su mayoría parlamentaria para llevar adelante una especie de “caza de brujas”.

Patricia De Ferrari, legisladora cordobesa suspendida por publicar alusiones a los «Falcon verdes». Foto: Fanpage de Patricia De Ferrari.

“Esto es un linchamiento que sienta un precedente horrible para la Legislatura”, dijo Marcelo Cossar, opositor interno de De Ferrari en la interna de la Unión Cívica Radical. Cabe señalar que la UCR emitió un comunicado cuestionando los dichos de la legisladora (representante radical de Laboulaye) a finales de la semana pasada.

“No se puede poner en la picadora de carne a un trayectoria de 35 años. Ese tuit no me expresa. Ese tuit no soy yo y mi trayectoria no puede quedar reducida a ese tuit”, sostuvo De Ferrari cuando le tocó hacer uso de la palabra. Intentó defender sus dichos repasando su historia de militancia. Destacó su accionar en la defensa de la democracia, los derechos humanos, los pueblos originarios y las reivindicaciones de género.

En su estrategia personal, que marcó el rumbo de las posiciones opositoras, acusó al oficialismo por su “incapacidad para tender puentes de diálogo” y de “quedar entrampado en el pasado”. “No soy apologista de la dictadura ni de sus atroces crímenes”, aseguró en su alegato, y pidió disculpas por “el malentendido”.

La ¿torpeza?

Fueron 22 los representantes sesionando desde sus bancas. «Nadie puede alegar su propia torpeza en su defensa», afirmó Oscar González en uno de los pocos discursos en el que el tono medio primó por sobre las altisonancias vociferantes. González reconoció a legisladora De Ferrari como «una destacada dirigente política» y repasó su trayectoria de modo detallado. Luego aseguró que «es impensable que una representante con su preparación académica y semejante foja de servicios haya podido soslayar las consecuencias que esa evocación podría generar en la sociedad».

«No pueden pasarse por alto la referencia a los Falcon verde. No se trata ni de una leyenda popular ni de un mito, es un hecho de nuestra historia reciente que una representante del pueblo no puede soslayar», dijo González, que también repasó la historia. “Un comentario de un representante del pueblo de la Provincia que pueda suponer o inducir a suponer reivindicación a procedimientos ilegales que ya han recibido condenas firmes no pueden pasar por alto. Este tipo de decisiones también nos proyectan hacia al futuro. Algún día estas actas se revisarán y ello nos enfrenta a un doble compromiso con la historia: asumir la coyuntura y señalar un rumbo. Los bloques hoy presentes deben meditar su postura frente a estos acontecimientos», manifestó González al cerrar su discurso reivindicando la postura del bloque mayoritario que ejerció, en sus palabras, un «debido reproche, ajustado a la ley fundamental».

A medio camino

Una vez conocida la sanción que terminó aprobando el cuerpo legislativo, fueron muchas las organizaciones que salieron a cuestionar el accionar político institucional de la Unicameral. Lo consideran “leve”.

Esos reclamos en algunos casos derivaron directamente en denuncias. Se concentraron en la interpretación de que la Legislatura «licuó» responsabilidades sin hacerse cargo de la gravedad del hecho que se puso en cuestión. Para la Comisión Provincial de la Memoria y los Espacios de Memoria de la provincia, por ejemplo, la sanción fue “poco aleccionadora”. Para este sector, De Ferrari “hizo apología del terrorismo de Estado, afirmando añorar los años más oscuros de nuestro país ,cuando los grupos de tareas secuestraban, torturaban, asesinaban y desaparecía a miles de argentinos, cuyos cuerpos aún no hemos podido recuperar”.

El dirigente Horacio Viqueira, por su parte, interpretó los dichos como “una clara instigación a la comisión de delitos o apología del crimen. De alguna manera, promovió el uso de los Falcon verdes para, entre comillas, impartir justicia”. La agrupación de la que forma parte (la Julio Maier, del Frente Grande), presentó una denuncia penal contra la legisladora.

El secretario general de ATE Córdoba, Federico Giuliani, avanzó con una medida similar denunciando a De Ferrari ante la Justicia Federal. «Entendemos que deberían expulsarla del cuerpo, ya que los hechos son lo suficientemente graves como para hacerlo. La mera suspensión expresa cómo el cordobesismo se cubre entre sí en un pacto espurio que incluye al gobierno provincial y a Juntos por el Cambio. De seguir así, en seis meses se olvidaron del tema», aseguró el dirigente gremial. En su denuncia dejó expuesta otra de las posturas que se hicieron presentes en la sesión del miércoles: la de la connivencia y el aprovechamiento político.

El pasado y el presente

Fueron las legisladoras del Frente de Izquierda las encargadas de llevar la postura al recinto, en el que también se discutió horas más tarde, respecto a la necesidad de que los ministros de Justicia y Seguridad den respuestas por un nuevo caso de gatillo fácil que el pasado fin de semana volvió a salpicar de sangre a la Policía de la Provincia. “¿Una cuestión de privilegio contra qué están presentando, si es la política que ustedes aplican?”, espetó Soledad Díaz García contra los legisladores del oficialismo. Les recordó que ya se contabilizan “siete casos de gatillo fácil” en Córdoba desde que comenzó la pandemia.

“Vulneran los derechos humanos de millones todos los días. Este tuit surgió en medio de un contexto en el que la grieta se esfuma. Vivimos en un país en donde hay casas sin gente y gente sin casa. Sin embargo todos los Gobiernos están impulsando los desalojos y dándole vía libre a la policía. Hace tres días la policía de esta Provincia mató por la espalda a un pibe. ¿Eso no es violar los derechos humanos?”, dijo Luciana Echevarría desde su banca en el recinto. También acusó a todo el arco político representado en el cuerpo de pertenecer a fuerzas partidarias que, de una manera u otra, colaboraron con la pata civil de la dictadura durante la segunda parte de los setenta.

Estos últimos argumentos parecen abrir un interrogante. ¿Habrá sido la sanción contra De Ferrari un punto de partida o simplemente una lavada de cara? ¿Será un paso primero para terminar con la proliferación irresponsable de los discursos de odio y las apologías insensatas a la dictadura? ¿O simplemente habrá sido un paso oportunista que banalizará tanto este accionar como De Ferrari banalizó la figura de los desaparecidos ‘chupados’ por los Falcon verdes? Quienes creemos en memoria, verdad y justicia, auguramos que, más allá de los matices, sea un paso definitivo para superar el negacionismo en cualquiera de sus formas. De una vez y para siempre.

 

Mirá la sesión completa de la suspensión de Patricia De Ferrari en la Legislatura de Córdoba: